En Mayo de 1980, en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, Doscientos Mil Obreros se disponían a iniciar una marcha a favor de algunos de sus derechos que habían sido violados. Sin embargo, a poca distancia les esperaba la policía armada con ametralladoras, caballos y perros amaestrados, todo hacía suponer un duelo terrible y desigual
La orden de la policía de Brasilia era intransigente: Disparar al primer obrero que diera un paso al frente.
Los helicópteros volaban bajo sobre la multitud, tal vez con el objetivo de atemorizar a los obreros y evitar su marcha de protesta.
La situación era en extremo tensa; era imprevisible lo que podía suceder en los minutos que se aproximaban.
De repente e inesperadamente un grupo de niños “armados” con flores corrió hacia los policías. Los niños se acercaron a los policías, les dieron un abrazo y un beso, y les ponían en las manos un ramillete de flores, las flores eran un gesto de paz y de amor.
Las manos que ahora sostenían las flores ya no podían disparar un arma. Un grupo de niños había desarmado a un batallón entero.
Poco después, el capitán de la policía llamó por teléfono a Brasilia para explicar: “No pudimos disparar, fuimos Desarmados con Flores por un grupo de niños”
“Dios hará Justicia a sus elegidos que le gritan” Lucas 18: 1 a 8
Fe y Constancia, Confianza y Tenacidad son las llaves que nos abren la posibilidad de un diálogo abierto y sincero con Dios y con nuestros Hermanos.
Dios escucha el Clamor de los marginados, de los oprimidos y también de los justos, si nosotros clamamos a Dios en estas condiciones hemos de tener la certeza de ser escuchados. Amén.
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