El Rey y el Mendigo

El Rey y el Mendigo – Había una vez un mendigo que se llamaba Nicolás, vivía en una cabaña a las afueras de la ciudad, solía quedarse a la orilla del camino para pedir limosna y ganarse así el pan diario.

El rey y el mendigo
Un día a lo lejos vio que se acercaba una caravana, ¡era la caravana del Rey! Quien venía arriba de su carroza con toda su pompa oriental y precedido de un séquito muy vistoso.
Nicolás pensó para sí mismo, “hoy la limosna va a ser muy buena”, cuando el Rey iba pasando al lado del mendigo, este se acercó a la carroza del Rey, pero antes de que extendiera su mano, el Rey ya había bajado de su carroza, y se había adelantado para decirle: – Dame una limosna por amor de Dios.

Nicolás se quedó asombrado, sin palabras, igual que todos los demás, ¿Cuándo se había visto que un Rey pidiera limosna a un mendigo? ¿Qué le podía dar un pobre al Rey? Pero el Rey seguía con la mano extendida, el mendigo pensando: “pero que Rey tan miserable, mira que pedirme limosna a mi” metió su mano en la bolsa de las limosnas y teniendo cuidado de tomar la moneda más pequeñita se la entregó al Rey. Este le dio las gracias, subió a su carroza y prosiguió su camino.

Ya por la noche regresó Nicolás a su cabaña, vio que en la puerta había una bolsita y una nota que decía: “Me hubiera encantado poder darte más… Atte. El Rey”

Nicolás sin entender lo que pasaba vació la bolsita, era una monedita pequeña, como la que él le había dado al Rey esa tarde, solo que esta monedita era de ORO. Nicolás se dio con la mano en la cabeza, arrepentido por su mezquindad. ¿Por qué no le entregó todas las monedas al Rey? ¿Por qué no le dio todo lo que tenía? Pero ya era demasiado tarde.

El Rey y el Mendigo

El Rey es Dios, y el mendigo somos cada uno de nosotros, cuando toque el momento en que Dios nos pida algo, entreguémosle Todo,  principalmente Toda nuestra confianza y Todo nuestro amor, Él sabrá recompensarnos al ciento por uno lo que hagamos por Él o por alguno de nuestros hermanos necesitados, de amor, de cariño o de alimento y vestido.

¡¡Recibe Bendiciones!!
El Rey y el Mendigo – Fuente: 5 Minutos de Oración en el Hogar, edición Noviembre de 2015

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