Reflexión Cristiana – El Santo que no lo era tanto

Reflexión Cristiana: Un día un hombre se fue a confesar, aunque aparentemente no tenía pecados.

Reflexión Cristiana - El Santo que no lo era tanto

Durante su confesión a todas las preguntas que el sacerdote le hacía, la respuesta siempre era la misma: “¡Nada de eso Padre, no hice nada!”.

Entonces el confesor en tono de broma le dice al hombre: Usted debería ser un santo, si me lo permite vamos a ponerlo en un altar, el hombre lleno de ego, dudó, pero al final aceptó.

Había un nicho vacío en la pared de la iglesia, el Padre mandó subir al hombre: Póngase dentro del nicho con las manos juntas; Así entonces comenzó a llamar a la gente: “vengan a ver al nuevo santo”.

Todo el que llegaba a ver al “nuevo santo” en el altar hacía algún comentario, lamentablemente no positivo: ¿ese de allí? ¡pero qué santo más raro! ¡siempre está bebiendo en los bares!. Tiene una deuda muy vieja conmigo y nunca me da razón del pago. … nunca vi a un santo como ese que se mete con las familias ajenas… ese hombre lo he escuchado insultar más que a ningún otro hombre…

Reflexión Cristiana
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Y así, cada persona que pasaba iba haciendo la confesión del “nuevo santo” el Sacerdote ordenó que ya bajaran al hombre de allí, porque cada vez los comentarios iban subiendo de tono, entonces el sacerdote se volvió hacia el hombre, el cual ya estaba con la cara roja de vergüenza, y le dijo: usted no quiso confesar sus pecados conmigo, pero sus vecinos se encargaron de hacerlo en su lugar.

Reflexión: Nuestras obras siempre hablarán más que nuestras palabras, procuremos hacer el bien para cosechar el bien.

Fuente: Cinco minutos de oración en el hogar, edición Noviembre-2015

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